domingo, 23 de marzo de 2014

Pluma Rota






Esta es la historia de un niño indio que no conseguía domar a los caballos. Cuando un caballo salvaje le miraba a los ojos, le conquistaba la libertad de su mirada y subía a su lomo vencido por ella, arrebatado el ánimo de luchar contra tan noble firmeza. Por supuesto, acababa en el suelo al primer brinco del animal. La última vez que subió a un caballo, se lastimó la pierna en la caída. Su padre, al verlo levantarse del suelo cojeando, se arrancó una pluma de su penacho y la ensartó en su cinta de cabello:
—Esta pluma te ayudará a remontar el vuelo. Desde hoy te llamaremos Pluma Rota y no tendrás que montar a caballo.

Él agradeció la decisión de su padre: prefería cuidar a los animales, guardarles el mejor heno, hacerlos correr por la pradera sin jinete, secar su sudor después de la carrera, peinar sus crines largas y eternas como la noche y mirarles a los ojos para descubrir ese ansia inacabable de libertad que nunca se borraba de ellos. Porque un caballo, aún después de domado, tiende a escapar de las bridas, debe ser montado regularmente o la tarea habrá sido vana y hay que domarlo de nuevo.

Un día, un caballo se rompió una pata. Todos querían sacrificarlo, incluso el Hombre medicina aconsejaba acabar con su sufrimiento. Pero Pluma Rota se hizo cargo de él, vendó y entablilló su pata, le preparó un lecho de plumas y le contó historias de caballos que habían galopado hacia las estrellas.

Al quinto día, el caballo se levantó. Seguía cojeando, pero podía andar. El caballo miró a Pluma Rota y le pidió con un relincho que montara sobre él. Pluma Rota subió en su lomo y el caballo trotó primero despacio, luego al galope y finalmente todo el poblado los vio emprender juntos el vuelo hacia las nubes.

Desde entonces llamaron al muchacho Pluma del Cielo. Y aunque no volvió al poblado, algunas noches los indios pueden verlo en los bordes de la aurora boreal, donde se agita la cola del caballo cojo con los colores de su pluma rota.

3 comentarios:

  1. ¡Hermosa historia, Puri¡ Me ha emocionado, tiene una íntima ternura.

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  2. Qué bonito Puri! y Juanlu!!
    Qué simbiosis de dibujo e historia.
    Cuánta creatividad y ternura.

    Un abrazo a los dos.

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  3. Preciosa historia, ¡desde luego que sí! A mí también me ha gustado... :)
    BESOTES DOBLES.

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